Confecciones Nati: un antiguo ultramarinos que supo cómo reinventarse

Comercios con historia

Se fundó en los años 30, pero cambió su catálogo de productos en los 70

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Confecciones Nati
Confecciones Nati / Miguel Ángel Salas

Córdoba/Comenzó como un ultramarinos en los años 30, a unos metros de donde está su actual ubicación, en Valdeolleros, 2, siempre en su barrio, atendiendo a la clientela, a miles de familias. Confecciones Nati, así tal y como lo conocen los suyos, comenzó su andadura en los pasados años 70, aunque su germen fue una tienda heredada que se fundó unos 40 antes. Hoy, la nieta de aquellos fundadores, ve como el pequeño comercio ha cambiado, pero siempre con la misma ilusión como lema.

María José Ruiz, actual gerente del negocio, lo explica de esta forma: "Tenemos una historia muy larga, anteriormente había sido una tienda de comestibles, un ultramarinos de toda la vida. Se fueron introduciendo telas, objetos para el ajuar, vajillas... hasta que en los años 70 lo cogieron mis padres y lo convirtieron en una tienda de ropa". Esa pequeña tienda de comestibles también estaba ubicada en Valdeolleros, al igual que lo hace a día de hoy Confecciones Nati.

Es natural que una tienda que lleva tantos años creciendo en un barrio se haya convertido en un lugar de paso para usuarios de diferentes edades. "Nosotros atendemos a una clientela muy variada, desde personas de unos 30 años hasta señoras que conocían a mi abuela y tenían casi 90 años. Procuramos trabajar con marcas jóvenes y siguiendo las tendencias, sin quedarnos estancados en el modelo clásico, aunque sí es verdad que nuestra tienda destaca por la calidad y la buena costura, para no dejar atrás esa tradición que llevamos trabajando desde los 70". En aquellos entonces buscaban "ropas en tendencias, hechas en fabricantes españoles"

Un rincón de Confecciones Nati
Un rincón de Confecciones Nati / Miguel Ángel Salas

Una de las misiones que se proponen estos comercios de toda la vida es seguir estando cerca de los jóvenes, aunque estos, normalmente, opten por otros formatos de compra. "Una de las cosas que tenemos que salvar es que la gente más joven nos conozca, porque hay veces que entran a las tiendas les decimos algo y parece que se asustan. Queremos hacer ver que después de esas grandes superficies hay vida", refiere.

Es más, está convencida de que si el vínculo de los jóvenes con las tiendas se hiciera más fuerte, "esto daría lugar a diferentes beneficios que serían favorecedores para las tiendas". "Sería muy bueno, porque el pequeño comercio siempre se ha movido, aparte de por publicidad, por el boca a boca. Un comentario vuestro puede ser muy beneficiosos para nosotros porque nos da a conocer a un público que no sepa dónde estamos ni que ofrecemos, añade".

La gerente del lugar compara como en la actualidad se tiene la consciencia de consumo muy diferente a la que había antes, lejos de "si tengo dinero, me compro esto". Recuerda esos apartes que hacían durante años en su establecimiento y que a día de hoy, para los clientes más veteranos, se sigue manteniendo. "Aquí hay muchas personas que se van probando sus cosas, y te las van pagando poco a poco; es muy diferente el concepto del pequeño comercio", subraya.

Confecciones Nati
Confecciones Nati / Miguel Ángel Salas

Involucrarse en comercios de cercanía, pequeñas tiendas y establecimientos locales, también, ayudará de forma beneficiosa a la zona, sostiene. "Una de las cosas que aporta el pequeño comercio al barrio es la seguridad, porque con nuestras luces iluminamos las calles, dan vida y seguridad. Tú vas por una calle donde no hay comercios y te encuentras la boca de un lobo. El pequeño comercio de barrio no es solo una tienda, es un lugar donde al público que entra se le atiende como en casa", refiere. Como narra María José, si ya has entrado más de dos veces en su establecimiento, es muy común que te sientas como uno más de la familia. "Te llamo por tu nombre, te pregunto por tu familia o por ti. Hay muchas personas que se acercan solo para saludar y tener un rato de charla, eso también es salud para un barrio", incide.

Confecciones Nati ha podido ver como su actividad ha ido evolucionando, saltando al uso de las redes sociales para llegar a más gente aunque siguen teniendo muchas asignaturas pendientes, donde no pueden competir con grandes superficies, una de ellas, la venta a través de internet. "Nosotros y nuestros empleados somos los que estamos al frente y tenemos que tener una conciliación familiar, las grandes superficies que abren y tienen su tienda online 24 horas al día, mientras que nosotros tenemos una cantidad de stock enorme, tenemos que estar pendientes y eso no nos permite dar el servicio online que nos gustaría", comenta.

Confecciones Nati
Confecciones Nati / Miguel Ángel Salas

De lo que un día los abuelos de María José construyeron quedan raíces, quedan sentimientos y queda amor por las cosas bien hechas. "Seguimos manteniendo la ilusión y la lucha por hacernos ver y sobre todo las ganas por mantenernos aquí durante más tiempo. Cuesta mucho trabajo, porque la situación económica y la deriva del pequeño comercio no es buena", insiste. Confecciones Nati seguirá iluminando el barrio de Santa Rosa, aunque no se sabe si tendrá relevo generacional.

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