Las Tendillas: un símbolo de Córdoba concebido hace ahora un siglo

El 24 de julio de 2025 se cumplirán cien años de la presentación por parte del entonces, José Cruz Conde, del proyecto de la plaza que se convertiría en el centro neurálgico de la ciudad

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La historia de Córdoba según sus estatuas (II)

Plaza de las Tendillas en 1925
Plaza de las Tendillas en 1925 / El Día

Córdoba/Cien años se cumplirán en algo más de un mes de ese día en el que el entonces alcalde, José Cruz Conde, presentó el proyecto de la nueva plaza de las Tendillas. Ese fue el germen de este icónico espacio que acabó convirtiéndose en el centro neurálgico de Córdoba y en uno de los símbolos más importantes de la ciudad.

Pero, ¿cuál es el origen del nombre que recibe la plaza? Cuenta Cristina Martín en su obra Córdoba en el siglo XIX: modernización de una trama histórica que en los terrenos que ocupa la plaza de las Tendillas se encontraban en el siglo XIV las casas de los comendadores de la militar y religiosa Orden de Calatrava, fundada en el Reino de Castilla en el siglo XII, en el año 1158, por el abad Raimundo de Fitero.

Se les recompensó con este espacio por haber ayudado la Conquista de Córdoba comandada por Fernando III el Santo el 29 de junio de 1236 y que concluyó con la entrega de las llaves de la ciudad por parte del príncipe Abul-l-Casan.

También se les recompensó con distintas tiendas, las llamadas Tendillas de Calatrava (pequeñas tiendas de tela), nombre que finalmente, sin el Calatrava, es el que recibe en estos días, si bien en los tiempos de la Dictadura la de las Tendillas era la plaza de José Antonio (Primo de Rivera). Durante esa época era una plazuela de pequeñas dimensiones en la que se situaban un pequeño hospital y un convento, el de la Encomienda de Calatrava. Durante los siglos XVII y XVIII, la plaza, que seguía siendo de menores dimensiones que en la actualidad, se destinó a mercado.

Recuerda Cristina Martín en su obra que las casas de Calatrava fueron derruidas en 1860 para la construcción del Hotel Suizo, cuyas dimensiones eran de 2.000 metros cuadrados y que contaba con 75 habitaciones de lujo. Estaba regentado por los hermanos Puzzini, provenientes de Suiza. El hotel ocupaba el solar del antiguo convento de la Encomienda de Calatrava.

La autora detalla que el primer proyecto para la ampliación de la plaza se llevó a cabo el 3 de diciembre de 1895 por Patricio de Bolomburu, "aunque los problemas económicos del Ayuntamiento de Córdoba provocaron que se realizara otro proyecto el 15 de mayo de 1907 por el mismo arquitecto".

Unos meses más tarde, el 7 de enero de 1908 se aprobó el proceso de ampliación de la entonces denominada plaza Cánovas del Castillo, ensanchándose del este al oeste de la plaza, aunque todavía había que derribar el Hotel Suizo, lo que iba a permitir ampliar la plaza aún más.

Las negociaciones para ello llevaron varios años hasta que en 1919 lo adquirió el Ayuntamiento por 565.000 pesetas. No obstante, el derribo no se produjo hasta 1921. Finalmente, el 24 de julio de 1925, el entonces alcalde, José Cruz Conde, presentó el proyecto de la nueva plaza de las Tendillas con diseño y planos del arquitecto barcelonés Félix Hernández.

La plaza de las Tendillas cuando se llamaba de José Antonio
La plaza de las Tendillas cuando se llamaba de José Antonio / Archivo Municipal de Córdoba

La estatua de El Gran Capitán y el Reloj de las Tendillas

Desde 1925, en un periodo de cinco años (ya que la obra se finalizó en 1930), se construyeron los principales edificios que conforman la plaza de las Tendillas, dentro de las distintas estéticas historicistas del momento (regionalismo, neobarroco, art decó) y se trasladó en 1927 al centro de la misma la estatua ecuestre del Gran Capitán, obra de 1923 del escultor Mateo Inurria.

Este monumento ecuestre dedicado a Gonzalo Fernández de Córdoba estaba ubicado originalmente en la avenida del Gran Capitán y en un primer momento su traslado a las Tendillas contó con un importante rechazo vecinal. La escultura está hecha en bronce a excepción de la cabeza, que es de mármol. De la anterior ordenación de la plaza solo subsiste el número de la calle Diego de León, el edificio del Instituto Provincial, obra del año 1897 del arquitecto Pedro Alonso. La plaza de las Tendillas acabó convirtiéndose en el centro neurálgico de la ciudad.

Otro de los elementos importantes de la plaza es su reloj, cuyas campanadas por soleares brotan al ritmo de acordes de la guitarra flamenca de Juan Serrano. Este reloj vino a sustituir a otro que era de propiedad privada y que desde su inauguración en 1929 empezó a congregar en la esquina de las calles Jesús María y Málaga que, aunque era de propiedad privada, comenzó a congregar a los cordobeses para comer las uvas cada Nochevieja.

Foto del reloj de las Tendillas el día de su inauguración
Foto del reloj de las Tendillas el día de su inauguración / Archivo Histórico Municipal de Córdoba.

No obstante, en el Ayuntamiento empezó en 1957 a gestarse la idea de dotar a la plaza de otro reloj de propiedad municipal después de que el de 1929 empezara a dar problemas por el agotamiento de su maquinaria y de que hubiera que repararlo de manera continua y costosa por parte del Consistorio.

El escritor y periodista Francisco Solano Márquez relata en su Guía Secreta de Córdoba cómo "el 29 de enero de 1961 el Ayuntamiento, con su entonces alcalde, Antonio Cruz Conde a la cabeza, inauguró el nuevo reloj, situado sobre la esquina con la calle Gondomar", evento que fue retransmitido en el NO-DO (noticiaro documental del régimen franquista) y al que acudieron miles de cordobeses.

"El reloj posee la peculiaridad de que, en lugar de dar campanadas, toca los cuartos y las horas con el sonido de una guitarra construida por Manuel Reyes Maldonado y tocada por el guitarrista Juan Serrano a ritmo de soleares. El conocido desde entonces como reloj flamenco fue una idea de la marca Philips, mientras que a las 12:00 y a las 17:00 sonaba la voz de Matías Prats anunciando los relojes de dicha marca con el eslogan ¡Mejores, no hay!", detalla Francisco Solano Márquez en esa obra. La factura de la colocación del reloj, cedido por Phillips al Consistorio, ascendió a 41.273 pesetas, mientras que la construcción de la torre propiamente dicha para ello incrementó la factura otras 103.850 pesetas.

Los edificios de las Tendillas

La plaza de las Tendillas marca en la actualidad el límite entre el Casco Histórico de Córdoba, Patrimonio de la Humanidad, y su zona más comercial. Está rodeada, además de por cafeterías y tiendas, por edificios históricos que conforman un conjunto único.

Tal y como destaca la Fundación Arquitectura Contemporánea, el edificio de la Unión y El Fénix (de 1926) que ocupa el número 6 de la plaza, obra del arquitecto de Benjamín Gutiérrez Prieto, "destaca por la elegante solución de su esquina donde un ventanal de triple altura se enmarca por columnas que sostienen un templete circular coronado por el Ave Fénix". En la esquina con la calle Jesús y María número 1, el edificio de Siena (1928) del arquitecto Aníbal González "constituye una buena muestra de su peculiar estilo regionalista con ladrillo aplantillado".

El Palacio de los Colomera (de 1928), que ocupa el número 3 de la plaza, obra del arquitecto Félix Hernández, "combina una casa solariega en sus dos primeras plantas con una estructura de pisos y una fachada rematada por dos torreones de influencia borrominesca". Tras un largo proceso de restauración para albergar un hotel de cuatro estrellas, en cuyas obras se encontró una noria medieval que da a un acuífero, fue inaugurado el 7 de junio de 2019 como Hotel H10 Palacio Colomera.

Otros edificios de interés son el número 7, edificio que es la sede de Telefónica y que es una obra de 1926 de Ramón A. Álvarez; el número 2, sede de la Equitativa, obra del año 1926 del arquitecto Félix Hernández; así como los edificios que conforman la esquina con la calle Cruz Conde (Enrique Tienda, 1928), con la calle Gondomar (Carlos Sáenz de Santamaría, 1944) y con la calle Málaga (Rafael de La Hoz Saldaña, 1927).

Detalle de la plaza de las Tendillas antes de su peatonalización
Detalle de la plaza de las Tendillas antes de su peatonalización / Archivo Histórico Municipal de Córdoba.

Peatonal desde 1999

El 13 de mayo de 1999 se inauguró oficialmente, por el entonces alcalde, Rafael Merino, y por el entonces presidente de Cajasur, Miguel Castillejo, la reforma de la plaza de las Tendillas que la convirtió en peatonal. Hasta que se ejecutaron esas obras era un espacio en el que el tráfico rodado circulaba a sus anchas circundando a la estatua ecuestre del Gran Capitán.

Las obras contaron con un presupuesto de 260 millones de pesetas (1,56 millones de euros), de los que 200 millones fueron abonados por Cajasur tras un acuerdo con el Ayuntamiento, que pagó los 60 millones restantes. Además de eliminar casi la totalidad del tráfico rodado, se derribaron los aseos públicos ubicados en los sótanos del antiguo Hotel Suizo que todavía se utilizaban, además de reemplazar la fuente de 1970 por otra de mármol negro en torno al monumento ecuestre al Gran Capitán.

Además, se crearon unos parterres con bancos junto a naranjos, y se crearon unas fuentes secas o fuentes de suelo que no estaban planificadas, sino que fueron añadidas a petición del teniente de alcalde de Infraestructuras Rafael Rivas, quien las había visto en Las Rozas de Madrid.

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