Emilio Díez, de 'La casa de papel' a publicar su primera novela
Entrevista
'Soma' es un 'thriller' protagonizado por Arregui, un periodista desencantado que asiste a un suicidio que le lleva a otros interrogantes

Emilio Díez (Madrid, 1975) es guionista de los que se curtieron en series como Los Serrano o El internado y vivieron el gran momento de La casa de papel. La vida no es sueño, sino son historias para este licenciado en Derecho por la Universidad Carlos III que reclama la labor de los guionistas españoles junto a otros compañeros a través de sindicato Alma y que acaba de publicar su primera novela, SOMA (VR Europa), un thriller protagonizado por un periodista escéptico ya de todo, Arregui, que se inspira un poco en sí mismo ante este mundo lleno de dudas y desencantos.
-Usted es los que ha venido reclamando que los nombres de los guionistas deben ser conocidos y reconocidos.
-Los guionista no hemos aparecido , no hemos participado en la promoción de series o películas. Se prefiere que hablen los actores, los directores. Estamos luchando para que seamos visibles. Nos han ninguneado en los estrenos.
-Y como escritor toda la responsabilidad en el trabajo es suyo.
-Con la novela estoy expuesto a todo, a las críticas y a los halagos. Para bien o para mal es un trabajo solitario.
-Mucha diferencia respecto a coordinarse en equipo con Álex Pina para levantar La casa de papel.
-El fenómeno de La casa de papel es interesante. Cuando se estrenó en Antena 3, en la pugna del prime time se consideró un semifracaso. Fue el lanzamiento en Netflix, más allá de España, cuando fuera de nuestro país se le reconocen todos sus valores entre el público. Yo entré en la tercera temporada, ya para Netflix. Fue un reconocimiento internacional del trabajo artístico que se hacía en nuestra televisión. Existía un complejo de nuestras series respecto al cine. Fue un boom imparable y ha abierto el camino a otras series españolas y al prestigio que tienen nuestras ficciones fuera de España.
-¿Cómo es trabajar en una temporada que ya se sabe que es muy esperada?
-Hay que trabajar abstrayéndote de que está siendo demandada por millones de espectadores de todo el mundo. Has de desarrollar la historia sin tener esa presión. Presientes cosas, pero no puedes obsesionarte con los números. Estuve trabajando en la tercera y cuarta temporada.
-¿Fue en ese momento cuando debió cerrarse toda la historia?
-Es el dilema que tienen las productoras y las cadenas o plataformas. Cuándo está agotado un filón. Si una serie tiene éxito existe siempre la tentación de prolongarla.
-¿Cómo se limita un guionista para ajustarse al presupuesto que tiene una serie o película?
-Para un guionista es muy diferente trabajar cuando tienes presupuesto. El ojo creativo lo tienes entrenado a los límites económicos en los que te manejas. Con La casa de papel no había problemas de presupuesto para llevar a cabo lo que se planea. Pero en condiciones habituales imaginas que explotan dos camiones en mitad de una escena más el productor te va a decir no. Si hacemos determinados excesos en la historia tienes que compensarlo por otro lado. Debes tener una idea realista de tu propia historia. Proponer cosa que funcionen y compensarlas.
-¿Y en una novela prefiere ir a calzón quitado de presupuesto imaginario?
-Es una ventaja: en la novela no me pongo limitaciones. No me plateo esos límites a priori...
-¿Cómo ha sido la aventura personal?
-En SOMA me he dejado llevar. El proceso es diferente, claro. En la serie hay un productor ejecutivo, un trabajo colectivo de director, guionista, las cadenas, la plataforma... La novela es un trabajo individual y no tengo que consensuar el resultado con quince personas. Es una experiencia diferente, y enriquecedora también.
-¿El escritor lleva un crítico por encima del hombro?
-Sí, el sentido de la autocrítica es mayor, al estar solo piensas que hay ideas que no están bien y no lo puedes debatir. La soledad de escribir en el ordenador tiene toda la libertad creativa pero el riesgo de trabajar contra ti mismo. Después con el resultado final te vienes arriba: sabes que hay una editorial que confía en ti, encuentras lectores que le gusta tu trabajo. Todo eso es satisfactorio. Lo de novelista es una labor anónima y me hace salir de la zona de confort interactuando en las redes, para conocer a los lectores. Es una forma de completar el trabajo para iniciar otros.
-¿Son más fieles lectores que los espectadores?
-El lector y espectador son diferentes aunque compartamos series y novelas. La lectura exige más esfuerzo y eso te permite más conexión con el escritor, también más fidelidad e interés. Las series son eso que pones mientras cenas o antes de irte a dormir. El seguimiento de una serie es distinto al de una lectura, las puedes ver mientras incluso tienes otra pantalla consultando algo. La lectura te exige más, te cuesta el esfuerzo de las 300 páginas para leerla, y por eso el lector medio es más exigente, busca algo que le guste y la recompensa es mayor.
-¿Y como escritor, por eso, se exige aún más?
-A todo, al guion o a las novelas, le dedicas un esfuerzo, Mucho esfuerzo. Cuando te pones a escribir intentas 'hacer algo'. No te pones porque sí. Cuando escribes intentas dar lo mejor de ti mismo. Intentas, ya sea una serie, una novela, un documental, que sea algo de usar y tirar, obras que pervivan.
-¿Se identifica con su periodista en la novela SOMA, Arregui?
-A los periodistas los respeto mucho. Arregui es una persona en crisis que está perdiendo la fe por su profesión. Lo que antes interesaba ahora, no. Su carrera está acabada y esa crisis le lleva a buscar una crisis. Siendo íntegro, cruza una línea.
-Y como autor ha añadido sobre la marcha cosas con las que no contaba...
-Tiene que haber misterio, la historia debe avanzar, pero no me gusta basar todo en golpes de efecto. Me gusta que la historia vaya acompañando a los personajes, encontrar lo humano en ellos y que te atrape. No sé si lo he logrado. Mi método no sé si es extrapolable. yo necesito la escritura más lenta, voy desarrollando, voy pensando, hago un esquema razonable. No soy capaz de escribir hasta ese momento y no voy capítulo a capítulo, voy por adelante, añado atrás. Las primeras ideas tienen que ser como los dibujos por puntos como cuando éramos niños. Vas entrelazando y en principio no encuentras sentido y poco a poco se completa la imagen.
-¿Le ha pasado en las series que ha debido tirar medio guion a la papelera?
-Hemingway decía que tienes que matar a veces tus ideas más queridas. Ocurre que tiene una idea que te moviliza pero a mitad de la historia ves que no funciona. Y cuando no funciona, es que no funciona.
-En televisión no hay problemas de explotar las ideas, las historias, mientras sean rentables..
-El espectador tiene menos prejuicios para seguir con historias que le gustan. Hay fieles que quieren llegar hasta el final sin importar las temporadas o capítulos. -Nadie sabe realmente lo que puede funcionar, los espectadores y los lectores te dan la sorpresa.
-¿Cómo se encuentra el sindicato ALMA?
-Tenemos claro que la unión hace la fuerza y a mayor número de integrantes, mejor. Los guionistas no estamos reclamando nada que no nos corresponda. Pedimos salario justo, visibilidad, respeto...
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