Un compromiso global por cartografiar el lecho marino antes de 2030

La Unesco presenta en la Conferencia de la ONU sobre el Océano nuevas iniciativas para mapear los fondos marinos y crear una red global de observación en tiempo real

El programa DEEPLIFE de Under The Pole lleva al equipo a profundidades de entre 30 y 200 metros, en la zona mesofótica o crepuscular, que es lo más lejos que la luz solar puede penetrar en el océano. Aquí el equipo recoge sedimentos y cuenta peces, además de tomar fotografías y grabar vídeos.
La información permitirá comprender los efectos del cambio climático y preservar la biodiversidad. / Archivo
Ramiro Navarro

09 de junio 2025 - 13:43

En vísperas de la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano (UNOC 3), que se celebra este 9 de junio en Niza (Francia), la UNESCO ha hecho un llamamiento urgente a los Estados para reforzar su compromiso con la investigación oceanográfica. Con un mensaje claro: “Pese a los importantes esfuerzos realizados en los últimos años, sabemos menos sobre el fondo oceánico que sobre los cráteres de la luna. Aprender del océano es la gran aventura científica de nuestro tiempo”, ha subrayado la directora general de la organización, Audrey Azoulay, instando a multiplicar la inversión pública en esta rama de la ciencia, que sigue representando menos del 2 % de los presupuestos nacionales de investigación.

La cita internacional en Niza servirá de plataforma para reforzar los objetivos del Decenio de las Ciencias Oceánicas impulsado por la UNESCO desde 2021. En estos años, se han puesto en marcha más de 700 proyectos con una financiación global de 1.500 millones de dólares. Pero la organización considera que es necesario ir más allá, y presenta en esta conferencia tres grandes pilares de actuación.

Una nueva era para la cartografía submarina

El primero de ellos es el avance en la cartografía de los fondos marinos, esencial para comprender los efectos del cambio climático, preservar la biodiversidad, prevenir catástrofes naturales y gestionar de forma sostenible los recursos oceánicos. Gracias a la cooperación con la Organización Hidrográfica Internacional y la Fundación Nippon, el porcentaje de fondos marinos mapeados con alta resolución ha pasado del 6 % en 2017 al 26,1 % en 2025.

Sin embargo, una cuarta parte de los datos siguen sin ser accesibles al público, en manos de entidades públicas y privadas. En Niza, países como Alemania, Canadá, Mónaco, Noruega y Portugal anunciarán su compromiso con la UNESCO para liberar sus datos y acelerar el conocimiento compartido del océano.

Esta iniciativa, respaldada por instituciones públicas y privadas, establece como meta que en 2030 se haya mapeado la totalidad del fondo oceánico con tecnologías de alta resolución. Actualmente, solo el 26,1 % de los fondos marinos están cartografiados, pero la organización cree que con cooperación y apertura de datos se puede cerrar esa brecha.

Además de pedir a los Estados que compartan los datos en su poder, la iniciativa destaca la necesidad de financiación conjunta —combinando fondos públicos, privados y filantrópicos— y de formación técnica a países en desarrollo, con el fin de que puedan contribuir a este esfuerzo colectivo. También se proponen mecanismos para estandarizar métodos y datos, facilitando su interoperabilidad y acceso abierto en plataformas científicas internacionales.

Hacia una red planetaria de observación en tiempo real

Otra de las iniciativas clave es el despliegue de una red global de buques comerciales equipados con sensores oceanográficos y meteorológicos, que transmitirán datos en tiempo real al Sistema Mundial de Observación del Océano (GOOS). Actualmente, más de 2.000 barcos ya forman parte de esta red, incluidos algunos de la Vendée Globe y flotas mercantes.

El objetivo de la UNESCO es ambicioso: alcanzar los 10.000 buques conectados para 2035, lo que permitiría detectar mejor los impactos del cambio climático, anticipar fenómenos extremos como huracanes o tsunamis, y aumentar la seguridad marítima global.

Ciencia ciudadana para identificar especies marinas

La tercera gran apuesta de la organización es el desarrollo de un método estandarizado para identificar especies a través de ADN ambiental (ADNa), una técnica rápida y de bajo coste. Desde 2021, esta herramienta se ha aplicado en 21 enclaves marinos del Patrimonio Mundial, logrando catalogar unas 4.500 especies a partir de solo 500 muestras.

Ahora, el objetivo es ampliar el programa con la recogida de 2.500 nuevas muestras en 25 espacios marinos protegidos. Estas expediciones —que combinan ciencia, educación y voluntariado— involucran a estudiantes, profesores y comunidades locales y buscan implicar a la ciudadanía en la conservación de ecosistemas frágiles y únicos.

Un llamamiento urgente para no perder la carrera del conocimiento oceánico

La UNESCO insiste en que esta movilización global es vital. Frente a un océano cada vez más amenazado por el calentamiento global, la contaminación y la sobreexplotación, urge cerrar las brechas del conocimiento científico. “Aprender del océano es la gran aventura científica de nuestro tiempo”, resume Azoulay.

La Conferencia de Niza se presenta así como un punto de inflexión: una oportunidad para transformar la relación entre ciencia, política y sociedad en la defensa del océano, clave para el equilibrio climático, la seguridad alimentaria y la vida en el planeta.

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