Blasco de Nebra: el gran desconocido de la Sevilla ilustrada

Mapa de Músicas | 275 años de Manuel Blasco de Nebra

Se cumplen 275 años del nacimiento de un gran compositor sevillano completamente ignorado por el gran público

Una estampa anónima de Sevilla en 1726
Una estampa anónima de Sevilla en 1726 / D. S.
Pablo J. Vayón

04 de mayo 2025 - 06:07

El 2 de mayo de 1750 nacía en Sevilla Manuel Blasco de Nebra. Hijo del organista mayor de la Catedral, Blasco de Nebra creció en un ambiente musical privilegiado en el que la tradición italiana, la herencia polifónica española y el incipiente gusto galante se entrelazaban en una Sevilla todavía opulenta, aunque ya en declive respecto a su edad dorada. El padre de Manuel había adoptado el “de Nebra” por el parentesco que los Blasco habían establecido en Calatayud con los Nebra, fruto del cual nacería entre otros José de Nebra, uno de los más reconocidos músicos de la España del siglo XVIII, tío segundo de Manuel –ya que era primo hermano de su padre– y acaso su maestro, pues, según algunas fuentes, marchó a Madrid para estudiar con él en 1766.

En 1768 muere José de Nebra y Blasco se vuelve a Sevilla, donde su padre lo toma como asistente y lo nombra sucesor como segundo organista de la seo. Cuando diez años después el padre se jubila, Manuel ocupa su puesto hasta su prematura muerte a los 34 años en 1785. Aunque sus herederos dejaron relación de más de 170 obras salidas de su mano, de él han sobrevivido sólo 32 piezas para tecla, que pueden dividirse en tres períodos: del primero datan seis sonatas preservadas en el convento de la Encarnación de Osuna; del segundo, doce sonatas y seis pastorelas del manuscrito 2998 de la abadía de Montserrat junto a dos sonatas para órgano del convento de Santa Clara de Sevilla; y del último, seis sonatas publicadas en Madrid (“para clave y fortepiano”) en 1780 como Op.1, colección de la que ha quedado una muestra en la Biblioteca del Congreso de Washington. Las sonatas del primer período están en un solo movimiento, las otras en dos (lento-rápido; salvo las números 9, 11 y 12 de Montserrat que son un movimiento rápido único), mientras las pastorelas están en tres movimientos (Adagio - Pastorela - Minueto).

Las sonatas de Blasco exploran territorios de expresión más íntima y melancólica, ajenos al puro virtuosismo decorativo

La música de Blasco de Nebra se inscribe en una España que había acogido, décadas antes, la revolución scarlattiana: el influjo de Domenico Scarlatti, organista y compositor de cámara en la corte de los Borbones, impregnaba todavía el repertorio de los teclistas españoles. La profusión de sonatas en un solo movimiento, el uso de figuraciones ágiles y el gusto por el ritmo y la sorpresa eran herencias aún vivas. Sin embargo, en Blasco de Nebra se advierte un paso más: sus sonatas, organizadas a menudo en dos movimientos contrastantes, exploran ya territorios de expresión más íntima y melancólica, ajenos al puro virtuosismo decorativo. Su mundo es más introspectivo, más cantábile, más preocupado por las modulaciones expresivas que por la mera brillantez técnica.

La evolución que se percibe en su obra lo sitúa en una frontera fascinante: por un lado, prolonga la estela de Scarlatti, Antonio Soler y otros organistas españoles de su tiempo; por otro, anticipa los sentimientos prerrománticos que se adivinan en ciertas páginas de C. P. E. Bach o en algunos clasicistas tardíos. No es casual que, escuchando sus sonatas o sus pastorelas, uno perciba una sensibilidad doliente y una voluntad de exploración emocional que se distancian de los patrones galantes de su época. Su música parece abrirse ya a un universo expresivo que será plenamente desarrollado solo décadas más tarde por Schubert o Chopin.

Quizá por esta cualidad intermedia –ni plenamente barroco ni completamente clásico– su obra ha encontrado hasta ahora más defensores entre los pianistas que entre los clavecinistas. Aunque Blasco de Nebra compuso para los instrumentos de tecla de su tiempo (clave, órgano y fortepiano temprano), su escritura, con sus dinámicas sugeridas y su tratamiento más libre del fraseo, se adapta de manera muy natural al piano moderno.

En 1967 Igor Kipnis grabó al clave las dos últimas sonatas de la Op.1 y el sello de la CBS las publicó en un disco titulado The Spanish Harpsichord al año siguiente. Genoveva Gálvez, la pionera española del clave, también grabó una sonata y en 2003 Carole Cerasi le dedicó un monográfico en el sello Metronome en que alternaba clave y fortepiano. Con un piano de época también grabó una importante selección en 1993 Toni Millán en un disco justamente celebrado que hizo posible la Colección de Documentos Sonoros del Patrimonio Musical de Andalucía de la Junta, que se publicaba bajo el sello Almaviva.

Luego, quedan los pianistas, los que han registrado las obras con instrumentos modernos. Puede que la grabación más conocida y la que más ha hecho por el prestigio internacional de Blasco fue la que dejó Javier Perianes en Harmonia Mundi en 2010, un disco premiado. Para entonces, Josep Colom había dejado las seis sonatas de la Op.1 en un recordado disco del sello Etnos (1982) y Pedro Casals acababa de grabar para Naxos (2008) una integral de las sonatas (sin las pastorelas, pero incluidas las dos piezas de Santa Clara, que son realmente organísticas).

El pianista Pedro Piquero (Sevilla, 1976)
El pianista Pedro Piquero (Sevilla, 1976) / Micaela Galván

2010 fue también el año en que el sevillano Pedro Piquero terminó su integral (Sonatas y pastorelas, pero no las piezas para órgano) para el sello Columna Música, que fue publicada en tres álbumes independientes desde 2008, con cadencia anual. La gran noticia es que, en su marca especializada Piano Classics, el sello holandés Brilliant acaba de reeditar, como conmemoración de los 275 años del nacimiento de Blasco, esa integral de Piquero en un sólo álbum de tres discos.

El pianista sevillano no busca la emulación historicista del sonido original, sino una traducción expresiva fiel al espíritu de la música. Y eso significa una paleta dinámica rica, un fraseo cantábile y un uso muy medido del pedal. Lejos de estilizar o aligerar estas obras, Piquero se adentra en su densidad emocional, en su lirismo contenido, en sus silencios significativos (hay movimientos lentos casi schubertianos). La interpretación no es brillante ni exhibicionista: es introspectiva, casi meditativa, como si el pianista hubiera intuido que en estas páginas hay más dolor y deseo que júbilo.

Blasco de Nebra. Complete Piano Works - Piquero [Piano Classics]
Blasco de Nebra. Complete Piano Works - Piquero [Piano Classics]

La ficha

MANUEL BLASCO DE NEBRA: COMPLETE PIANO WORKS

Manuel Blasco de Nebra (1750-1785)

CD 1

6 sonatas del convento de la Encarnación de Osuna: 107 en sol mayor / 108 en mi menor / 109 en la menor / 110 en re mayor / 111 en la mayor / 112 en do menor

6 pastorelas del manuscrito 2998 de la abadía de Montserrat: 1 en sol mayor / 2 en fa mayor / 3 en la menor / 4 en si menor / 5 en do mayor / 6 en mi menor

CD 2

Sonatas del del manuscrito 2998 de la abadía de Montserrat: 1 en la mayor / 2 en do menor / 3 en re mayor / 4 en do mayor / 5 en re menor / 6 en mi menor / 7 en fa mayor / 8 en do mayor / 9 en la menor / 10 en do mayor

CD 3

6 sonatas Op.1: 1 en do menor / 2 en si bemol mayor / 3 en la mayor / 4 en sol menor / 5 en fa sostenido menor / 6 en mi mayor

Sonatas del del manuscrito 2998 de la abadía de Montserrat: 11 en la mayor / 12 en fa mayor

Pedro Piquero, piano

Piano Classics (3 CD)

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