La Mano Negra, la histeria colectiva y el rastro de la conspiración anarquista en Jerez
El escritor y guionista Daniel Corpas estrena el nuevo sello de novela histórica de Planeta, Istoría, con el thriller 'La Mano negra'

Estamos a finales del siglo XIX. El reinado de Alfonso XII roza sus últimos momentos. Las desamortizaciones de Madoz y Mendizabal no han servido de mucho. Las tierras expropiadas a la Iglesia se concentran en manos de terratenientes que explotan a sus jornaleros sin piedad. Por cuatro perras y bajo el sol abrasador del campo andaluz. Para más inri, la sequía hace mella en la campiña jerezana. Tierra de finos, brandys y olorosos. Con este panorama no es de extrañar que las hechuras de la ciudad estén a punto de estallar. La situación se tensa aún más con la entrada en juego de la Mano Negra, una supuesta organización anarquista que teóricamente ha perpetrado cuatro viles asesinatos y que trata de alterar el orden público. La histeria colectiva se entrelaza con una investigación llena de pistas falsas, violencia y tortura. Además, la alta burguesía -con el personaje de Inés de Montalvo como figura principal- no dejará que el status quo se resquebraje.
Este sería un resumen -sin hacer muchos spoilers- de la trama de La Mano Negra, la obra con la que Daniel Corpas estrena Istoría, el nuevo sello de novela histórica de Planeta. El guionista de Cuando nadie nos ve, El Ministerio del Tiempo y Mano de Hierro se mete de lleno en un thriller plagado de intrigas que buscan una respuesta: ¿Quién está detrás de la organización?. Una narración coral en la que los personajes viajan entre la ficción y la realidad.
El juez Quirós -con un fuerte espíritu de justicia pero portando largas sombras a sus espaldas- es enviado desde Madrid para resolver los crímenes antes mencionados. Conocerá a Juana, una joven periodista -aunque nadie se atreva a publicar las crónicas de una mujer- que anda investigando los asesinatos. Y también al guardia civil José Oliver, el primero en afirmar que ha hallado a los culpables. Algo que, lejos de resolver el caso, revela un diabólico entramado de crueles torturas, ajustes de cuentas y los más turbios intereses de Estado.
El escritor se reúne con una serie de periodistas como parte de la gira promocional en Jerez. Durante un recorrido por algunos de los escenarios de la novela, explica que no es una obra "tipo cluedo", porque "no tenía sentido hacer una trama compleja a la que dar una vuelta". El origen de esta historia parte del interés de Corpas por el crimen organizado. "Siempre me ronda la pregunta de por qué no ha habido en España estructuras como la camorra en Italia o las mafias turcas", señala mientras avanza por delante del Colegio Público Miguel de Cervantes. En este edificio estaban instalados los juzgados en 1883, año en el que se condenó a muerte a siete jornaleros por pertenecer a la Mano Negra.
"Empiezo a informarme y topo con la garduña sevillana, pero no era exactamente lo que buscaba. Entonces, se me cruza este supuesto grupúsculo anarquista que sembró el terror y el caos Jerez, en la comarca, en la campiña y empezó a expandirse por casi todo el territorio nacional", explica el guionista. Lo curioso es que cuando se dictó sentencia y, posteriormente, se ejecutó a los condenados, el tema desapareció de manera inmediata. Aún habiendo llegado a oídos de la prensa internacional. De la histeria colectiva -un hombre murió de un infarto cuando pintaron el símbolo de la organización en la puerta de su casa- al puro silencio.
Como sucede en muchas ocasiones, la casualidad llevó a Corpas hacia las investigaciones de dos historiadoras latinoamericanas que, en los años 70, dieron con los estatutos de la Mano Negra. Lo curioso es que estas expertas no se conocían. Ni siquiera estaban en la misma ciudad. Pero fueron ellas las que "resucitan un caso que había sido enterrado, olvidado y es totalmente desconocido para el gran público".
Con una "base histórica bastante sólida", el escritor se sirve de la ficción para ofrecer su versión "de lo que pudo ocurrir". Un ejemplo de esta convivencia se encuentra en Plaza del Comendador que, en el mundo real, no es otra que la Plaza del Arroyo. En este lugar, donde vive la marquesa, se produce uno de los momentos más impactantes -y cinematográficos- de la novela. La presentación del capitán Oliver que toma el lugar con sus tropas y orquesta un levantamiento contra la población.
Y es que el objetivo de las fuerzas del orden no era otro que "descabezar cualquier atisbo de rebelión de los trabajadores". Algo difícil teniendo en cuenta que "después de años de sequía y de cosechas infructíferas, la masa jornalera empieza a ser muy sensible". La Internacional y la Comuna de París cambian el escenario y "se empieza a mencionar la palabra huelga" en una Andalucía "muy pobre". Una región en la que destaca Jerez por una tradición vinícola que convirtió este producto "en el más importante de la economía española en el siglo XIX".
Si hay un punto que llama la atención de la novela, más allá de su contexto y de su trasfondo histórico, es su carácter coral. Por este thriller desfilan un abanico de personajes en el que no hay héroes o villanos claros. "La paleta de grises es un poquito más amplia. Como en el mundo real, en cualquier época, nadie es enteramente malo y nadie es enteramente bueno", apostilla Corpas. Una galería en la que la mitad "son personajes reales que existieron con sus actas de nacimiento, de defunción, sus nombres y apellidos", pero que Corpas matiza y dramatiza "a mi manera". Sí que pone el ejemplo del guardia civil José Oliver "que se envió ex profeso y expresamente desde Madrid, al mando de 100 hombres muy bien entrenados, para controlar una situación de revuelta social y de tensión".
Corpas confiesa que la intención principal era trasladar toda esta historia a una serie. Pero los altos costes que comporta una producción de esta envergadura lo llevaron a plasmar toda la trama en un libro: "Es mi primera aproximación a la literatura y a la novela histórica, pero sí que es verdad que cada obra debe encontrar su relación particular, propia e intrasferible con el material histórico sobre el que trabaja".
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