Los vaivenes de Trump

EL viernes, Trump dinamitaba las negociaciones entre la UE y EEUU con la amenaza de imponer a la UE un arancel del 50% a partir del 1 de junio. Los mercados recibieron la noticia con descensos. Pero las caídas no fueron abultadas. Los mercados les están cogiendo el truco a los vaivenes Trump. Después del “va” (la amenaza) llega el “ven” (el repliegue). EEUU no puede renunciar a la relación comercial más importantes del mundo. Tampoco la UE puede prescindir de su aliado EEUU. Ursula von der Leyen lo tiene claro, en una guerra arancelaria todos pierden. No hay alternativa, hay que seguir negociando incluso con el Caos Trump. Ursula llamó a Trump para manifestarle que quería seguir negociando. Él aceptó y comentó que había recibido una “buena llamada” de Ursula proponiéndole continuar con las negociaciones hasta el 9 de julio. El tono de la conversación, afirmó, fue agradable y amistoso.

Se han reiniciado las negociaciones de EEUU-UE. El equipo negociador de la UE ha actuado con firmeza, sin acobardarse ante las amenazas de Trump. Fue esta fortaleza lo que llevó a Trump a la amenaza de los aranceles del 50%, bajo el pretexto de que “las negociaciones no avanzaban y no llevaban a ninguna parte”. La CE está avanzando por un doble camino: alargando la negociación y estableciendo negociaciones y alianzas con otros países como China, India, Mercosur y otros, en prevención de que resulten fallidas. Y preparando al mismo tiempo una serie de represalias, como la activación del “mecanismo anti-coerción” 2023, que contempla medidas disuasorias como restricciones a la importación de servicios, obstáculos a las inversiones americanas y a las empresas en la participación en las licitaciones públicas europeas. El objetivo es que sirvan de disuasión y no sea necesario activarlas. La escalada arancelaria no le interesa a nadie. Y menos a EEUU, con una inflación incontrolable, un dólar declinante, una deuda insostenible, y un PIB desacelerándose. Cada vez son más probabilidades de una estanflación. Europa está inmersa en un proceso de desaceleración económica. Si la escalada arancelaria continúa no puede descartarse una recesión global y a la vista de los crecientes niveles de deuda y de déficit públicos globales, tampoco una crisis financiera.