Ábalos, entre Forrest Gump y Luca Brasi

Alto y claro

15 de mayo 2025 - 03:08

Ya lo dijo Forrest Gump y no es cosa de llevarle la contraria: la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar. Es lo que debe estar pensando estos días Pedro Sánchez con las revelaciones seriadas e in crescendo de sus mensajes privados con José Luis Ábalos. Empezó en plan suave con referencias a los díscolos del PSOE para dejarles claro quién mandaba en el cotarro y lo peligroso que era salirse del carril. Nada que sorprendiera, más allá de algún improperio tipo “dile a ese que deje de tocar los cojones”. De ahí, segunda entrega, se pasó a chascarrillos de patio de colegio sobre la ministra de Defensa, pájara ella aficionada a meterse en la cama con el uniforme puesto, en opinión de Sánchez. La tensión iba para arriba, pero todavía la Moncloa tenía el control de daños garantizado. En la tercera sesión, ayer mismo, palabras mayores. Alusión al rescate de Air Europa, en la que se apunta un interés de la esposa del presidente que está bajo investigación judicial. ¿Qué contendrá la cuarta capa de la caja de bombones que son los wasaps de Ábalos? Misterio a la hora de redactar estas líneas, pero con la tendencia ascendente que llevan las revelaciones seguro que no defrauda.

Por seguir con las referencias cinematográficas, Ábalos se comportaba cuando estaba en el Gobierno y era todopoderoso en el PSOE como el Luca Brasi de Pedro Sánchez. Ya saben, el matón a sueldo de la familia Corleone cuyo trabajo, reflejado en la novela de Mario Puzo y mejor todavía en la película de Francis Ford Coppola, consistía en dar miedo por cuenta del Padrino. Así actúa en los primeros wasaps publicados, cuando recibe el encargo de meter en vereda a Page o Lambán. Pero en las siguientes entregas se transforma en el abogado que cruza Estados Unidos de costa a costa para dejar la cabeza sanguinolenta de un pura sangre decapitado entre las sábanas de seda del que se resistía a cumplir las sugerencias de la mafia.

Porque, en definitiva, lo que queda claro de este asunto, que refleja el nivel de podredumbre de la política española, es que Pedro Sánchez está recibiendo un aviso serio de alguien, el propio Ábalos, que cree que no está siendo suficientemente protegido. El mensaje es claro: todo está guardado y todo puede salir a la luz si no se blinda la seguridad jurídica del interesado. El misterio es qué contiene ese todo que está por revelar. Una trama propia de una película de gánsteres. Permanezcan atentos a la pantalla.

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