Apuntes sobre Leire y los otros

La esquina

07 de junio 2025 - 03:09

1¿periodista? Me dice, sarcástico, un viejo socialista: “Quién sabe, igual Leire escribe un libro con sus investigaciones”. No lo descarto. Si así fuera, ¿por qué no entrega lo investigado a una editorial, sino a su jefe en el PSOE, Santos Cerdán, el día en que éste deja de serlo? ¿Cuántos militantes socialistas son recibidos en la sede por el secretario de Organización del partido para darse de baja voluntariamente?

2. Algo más que un esperpento. Podemos carcajearnos de la identidad friki de esta personaje y su puesta en escena entre esperpéntica y berlanguiana, pero también llorar por la gravedad del caso. Quienes pretenden presentarla como una fantasma megalómana del tipo Pequeño Nicolás son los mismos que la colocaron en cargos bien retribuidos en empresas públicas y recibieron información puntual de sus “investigaciones”. Están a cinco minutos de referirse a ella como “esa persona de la que usted me habla”. Al modo de Rajoy con Bárcenas.

3. El fondo – bajo – de la cuestión. Esto va de cloacas. De una señora que trabaja en la sombra para una organización política cuyos líderes supremos se ven cercados por escándalos de presunta corrupción y buscan trapos sucios de los servidores públicos que, en cumplimiento del deber, hurgan en dichos escándalos (un fiscal y un mando de la Guardia Civil muy prestigiosos). Y que promete a un imputado por corrupción en el negocio de los hidrocarburos un trato privilegiado de la Fiscalía y la Abogacía del Estado a cambio de información dañina sobre los funcionarios enemigos. Esto lo ha visto y oído toda España en el famoso vídeo. Ningún periodista de investigación se dirige a sus fuentes en esos términos.

4. Fango en el ministerio. Tanto denunciar la máquina del fango que incluso llevó al Líder a meditar durante cinco días si le merecía la pena continuar en el poder, y resulta que la máquina del fango y la desinformación estaban en casa. Tres ministros (Montero, López y Alegría) podrían haberla descubierto mirándose al espejo. Los tres retorcieron una grabación antigua de otro guardia civil desafecto en la que bromeaba con la idea de que sus investigados podrían ponerle una bomba-lapa, y se inventaron que la víctima del inexistente atentado iba a ser Pedro Sánchez. Ninguno de los tres papagayos rectificó el bulo. Toda España lo pudo comprobar.

Seguiremos mañana.

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