Gallardo y caradura

La esquina

24 de mayo 2025 - 03:08

No es exactamente como en la película de Frank Sinatra. No es gallardo y calavera, sino Gallardo y caradura. De hormigón armado ha demostrado tener la cara, y la conciencia, Miguel Ángel Gallardo, secretario general del PSOE de Extremadura y presidente de la Diputación de Badajoz.

Horas antes de ser llamado a juicio oral por presuntos delitos de prevaricación administrativa y tráfico de influencias, junto a David Sánchez –hermano del presidente del Gobierno–, y otras siete personas más, Gallardón corrió a recoger el acta de diputado en el Parlamento extremeño. Según declaró, para ser él, como líder socialista de la región, quien encabece en la cámara el combate contra “la nada” de María Guardiola (presidenta de Extremadura, del PP).

Nada más lógico que el secretario general de los socialistas quiera ponerse al frente del principal grupo de la oposición parlamentaria a Guardiola. Lo que pasa es que ésta lleva dos años en el cargo y nunca en todo este tiempo sintió Gallardo la necesidad de dar ese paso, resguardado tan ricamente en un ámbito institucional más cómodo y gratificante: la presidencia de la Diputación (lleva diez años ejerciéndola).

También pasa que para satisfacer ese sueño al parecer oculto de luchar contra la nefasta gestión de Guardiola el intrépido Gallardo ha tenido que precipitar la dimisión de la diputada que le ha “cedido” su escaño y la renuncia de otros cuatro compañeros que iban por delante de él en la lista electoral del PSOE de Extremadura. No hubo aparentemente mayores problemas porque la dimisionaria había sido su jefa de gabinete en la corporación provincial y tres de los cuatro renunciantes también fueron subordinados suyos en la política. Obediencia debida o lealtad sin grietas. Con todo, la maniobra ha reavivado tensiones inocultables en el socialismo extremeño. Poco precio para un bien mayor.

¿Cuál es el bien mayor perseguido? Nada menos que hacerse con el acta de diputado y, con ello, convertirse en aforado, y, con ello, ganarse el privilegio de ser enjuiciado por el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura y retirarle el caso a una jueza que basa su instrucción en meras “conjeturas”, y, con ello, beneficiar también al hermano del presidente del Gobierno, honrada víctima de la insaciable cacería del socialista.

Gallardo había dicho hace meses que no buscaría el aforamiento porque la gente iba a pensar que quería impunidad y privilegio. Usted mismo, Miguel Ángel.

stats
OSZAR »