Doña Sol: joyas y complementos que son la ilusión de una familia numerosa

Córdoba/En la calle Cruz Conde, existe un comercio que nació hace más de cuarenta años. Un establecimiento que es más que eso, es una herencia familiar que pasa de generación en generación siempre manteniendo su esencia. Fue uno de los deseos de Milagrosa Baquerizo, que tras cuidar a 11 hijos cumplió su otro sueño, el de emprender; hoy su hija, María Luisa González, y su nieta, María Dolores Egea, están a cargo del negocio: esta tienda es Doña Sol.

"La tienda la fundó mi madre en 1983. Después de tener 11 hijos su ilusión era emprender. La inspiración surgió en uno de nuestros veranos en Marbella, donde vio un negocio similar. A la vuelta de verano se puso manos a la obra y en diciembre inauguramos la tienda, siendo un éxito total. Su principal requisito era encontrar el mejor local. Y creo que acertó, un local con mucho escaparate donde actualmente seguimos". Así narra el nacimiento de este negocio su hija, María Luisa. Es bien conocido el escaparate que luce este lugar, donde sus joyas y complementos se roban las miradas de todos los transeúntes que pasar por esta calle céntrica de la ciudad de Córdoba. El nombre elegido tampoco fue al azar, pues la fundadora quiso denominar a su emprendimiento con el nombre de una finca que a ella, como cuenta su hija, le gustaba mucho, así que decidió trasladar ese sentimiento a este nuevo capítulo de su vida.

La especialización de Doña Sol se puede ver claramente en su gran variedad de joyas: "La esencia de Doña Sol es la variedad de artículos que encuentras. Desde joyas para novias y madrinas hasta chicas que compran sus primeras joyas de plata allí. Estamos muy especializados en joyas de plata". Respecto a la estacionalidad, la actual gerente no percibe que exista un gran intervalo entre diferentes meses, menos en los que respecta a las fechas más señaladas a nivel comercial. "Todos los meses tenemos la misma clientela, destacando como mejores los meses de diciembre por Navidad y regalos de Reyes y abril o mayo, pues se juntan la Feria, las comuniones, las confirmaciones y las bodas", explica.

"Nos encanta la atención personalizada y que cada cliente se vaya seguro de lo que compra", confiesa María Luisa. Y es que en este tipo de comercios la cercanía con el cliente es el ingrediente fundamental ya que, como el negocio, la clientela también pasa de generación en generación. "Tenemos clientes de toda la vida . Señoras que nos acompañan desde que abrimos y nos encanta verlas entrar en nuestra tienda. También las hijas de esas señoras que han pasado de niñas a madres y siguen visitándonos". Por eso, María Luisa recuerda con mucho cariño esos días de Navidad, porque es cuando vienen todo tipo de familias, también aquellas que viven fuera de Córdoba y que, como indica, tienen como parada obligatoria pasarse por Doña Sol, hecho que al equipo del negocio le hace mucha ilusión. "Nos encanta la cercanía con las clientas. Es algo que lleva con nosotros desde que empezamos y yo creo que muchas eligen Doña Sol por eso".

Y si hay que hablar de ilusión, el motor que mueve a esta nueva generación de subir la persiana todos los días y seguir atendiendo a los usuarios como un día lo hice su madre y su abuela, es ella, la fundadora. "Lo más bonito es ver que todavía sigue funcionando lo que un día fundó mi madre con toda su ilusión. Nos acordamos mucho de ella", confiesa.

Aunque el comercio tenga más de 40 años, los avances y las redes sociales llegaron en el momento idóneo: "La web y las redes sociales llegaron en el año 2017. Ya había tiendas con páginas web y creo que entramos en un buen momento. Fue cuando entró mi sobrina". A pesar de los nuevos formatos de venta, es natural que la competencia con estos nuevos avances también se vea aumentada: "Hay momentos buenos y malos. Cada vez hay más competencia y un cliente más exigente. Pero al final la pasión por tu trabajo hace que no nos rindamos nunca".

A la pregunta más reclamada en este tipo de negocios, María Luisa es clara: "Sí, habrá relevo generacional, ya vamos por la tercera generación". Así que las primeras veces que sus clientas luzcan una joya de plata, la primera vez que me regalen un complemento pensado en sus gustos o cuando se vean con sus joyas para subir al altar, la esencia de Doña Sol y el deseo de esa fundadora por emprender estarán presente, porque la historia de este comercio la escriben la ilusión, también, de sus clientas.