La Feria Taurina que puede marcar el futuro de Córdoba
Toros
El mini-ciclo de tres festejos arranca este viernes con una novillada mixta con acento local, que dará paso a las dos corridas del fin de semana con la alternativa de Manuel Román del domingo como plato fuerte
Cuenta atrás para la Feria Taurina de Córdoba: "El objetivo es que la gente salga feliz de la plaza"

Córdoba/El Coso de Los Califas volverá a abrir sus puertas, un año después, para albergar el espectáculo para el que fue concebido, que no es otro que la celebración de un rito ancestral, que conocemos como tauromaquia. Porque hoy en día, el coso reconvertido en un recinto multiusos alberga durante el año un sinfín de conciertos musicales, siendo los festejos taurinos algo meramente testimonial. La Córdoba taurina tocó fondo hace tiempo y no parece que, a corto o medio plazo, por desidia de unos y falta de compromiso de otros, la cosa vaya a remontar vuelo y volver a los tiempos en que los festejos taurinos coincidían de pleno con la totalidad de las fechas de la Feria, ya fuese, tiempo ha en la Victoria, o en el lejano recinto de El Arenal.
Un año más, y los que presumiblemente quedan, no habrá que salir pitando de las casetas para ir a los toros, pues el mini-ciclo programado este año solo se solapa con dos días de feria, por lo que los amantes del albero, la música por sevillanas y todo lo que rodea la fiesta podrán estar tranquilos, mientras la dorada arena del coso de Ciudad Jardín soñará con la gloria y la tragedia que aúna la fiesta de los toros.
Tres festejos ha programado la empresa que rige los destinos de la plaza de Los Califas. En esta ocasión, en el primer fin de semana de la Feria. Un ciclo, si se puede llamar de esta manera, breve, brevísimo. El empresario dice que tenemos lo que queremos, que no se dan más festejos porque no hay demanda, por lo que sería el momento clave para demostrar que la afición cordobesa quiere toros. ¿Cómo? Acudiendo a la plaza, llenando sus tendidos y exigiendo acorde a la categoría que se presume a Córdoba.
Los festejos se iniciaran este viernes. Se celebrará una novillada mixta. Se correrán cuatro utreros de la ganadería jiennense de El Cotillo y hermanos Collado-Ruiz, dos vacadas distintas, aunque propiedad de la misma familia. Una perteneciente a la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia y otra a la Asociación de Ganaderías de Lidia. Una, la primera, de procedencia Jandilla, y la segunda, de origen Bernardino Piriz. Ante ellos, en un particular mano a mano, actuarán los novilleros Fuentes Bocanegra, que se presenta ante sus paisanos, y Javier Zulueta, fino novillero sevillano de pinturero corte, en el que tiene depositada mucha confianza la afición de la ciudad hispalense. Ese mismo día, ante dos erales de la ganadería de Enrique Ponce, encastada en Domecq a través de El Torero, hermanos Sampedro y Las Ramblas, actuará el prometedor novillero cordobés Manuel Quintana.
¿Alicientes de esta novillada? Muchos. Dos toreros de Córdoba. Uno de dinastía torera, caso de Fuentes Bocanegra, en una temporada que puede ser clave en su carrera en manos de Santiago Illauri, que tratará de agradar y triunfar en una plaza que ha sido su casa desde niño. Por otro lado Manuel Quintana viene empujando. Su toreo, aún en un estado por conformar, pero de excelentes formas, y que de manos de Antonio Tejero se puede ir fraguando en una firme promesa para tener en cuenta a corto plazo. Este festejo puede marcar el futuro de la Córdoba en el planeta de los toros. Córdoba necesita toreros que sean capaces de encender la mecha de la ilusión de una afición deseosa de reverdecer viejos laureles. Nada más que por eso, habría que acudir a la plaza y que ésta registre una buena entrada que sirva para poder reclamar más festejos de este tipo en Los Califas.
El sábado se celebrará el primer festejo mayor de los dos programados. Se jugarán seis toros de la ganadería salmantina de El Pilar, propiedad de la familia Fraile y cuya procedencia es del encaste Domecq, a través de Aldeanueva. Ante ellos alternaran Miguel Ángel Perera, torero veterano que abre cartel y que viene de tener buenas actuaciones en las primeras ferias de la temporada. Con un notable paso por Sevilla, donde la espada le privó de un triunfo importante, así como en Las Ventas de Madrid, donde de nuevo los aceros le privaron de abrir la puerta grande. Un torero en buen momento y que, a poco que los de El Pilar se presten, puede ofrecer una bonita tarde de toros sobre el albero califal.
Le acompaña Emilio de Justo, torero de aficionados. Un espada que gusta por su clasicismo y del que siempre se espera lo mejor. Ausente de Sevilla, donde no se entendió con la empresa, ha triunfado en cuantas plazas ha actuado, caso de Arles, donde resultó herido, o Valladolid, habiendo tenido una actuación digna en su paso, por el momento, por San Isidro. Un torero muy del gusto de la afición y del que habrá que estar muy atento a su paso por Córdoba.
Cierra el cartel la revelación de la campaña pasada, Borja Jiménez. El de Espartinas está en la que puede ser la temporada de su consagración definitiva. Su entrega, su afición y sus ganas de ser gente importante en el escalafón son evidentes. Su presentación en Córdoba debe de ser aliciente para el propio torero, lo mismo que para el público, que tiene la ocasión de ver en directo a uno de los espadas llamados a traer la renovación que precisa el escalafón de matadores de toros. El cartel del sábado es un cartel para aficionados, un cartel para iniciados, pero que también, caso de salir las cosas bien, es una combinación de las que pueden hacer afición para un espectador menos entendido.
El cartel estrella, para el final
El cartel estrella, por llamarlo de alguna manera, es la corrida del domingo. En ella tomará la alternativa el novillero cordobés Manuel Román, quien ha despertado en los últimos tiempos a la dormida afición cordobesa. Tras un prometedor paso por el escalafón de novilleros, emborronado muchas veces por un pésimo uso de la espada, Román llega a la alternativa con cierto ambiente y expectación. Ahora, una vez en el escalafón superior, habrá que ver su evolución, así como comprobar si termina de romper en lo que se presupone, o bien su estrella se difuminará quedando como una mera ilusión.
Como padrino tendrá Román a Juan Ortega, que tantos lazos tiene con Córdoba y que vendrá con la ilusión de dar una alternativa, intentando tener una actuación acorde a su calidad. Como testigo de la ceremonia estará la máxima figura del toreo actual: Roca Rey. Un espada admirado por unos y denostado por otros, pero que sin lugar a dudas es quien, en la actualidad, lleva el peso de la púrpura y quien lleva más gente a los tendidos. Los toros a lidiar pertenecerán a la ganadería salmantina de Domingo Hernández.
Una feria corta, pero con interés suficiente para que la gente acuda a la plaza. Ahora quedan dos opciones. O acudir en masa o dar la razón a la empresa, mostrando que los toros solo nos importan en la taberna, en los coloquios o en el sofá de casa.
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