Una semana guapa

Hasta ha tenido su poquita de agua esta pasada semana, que la verdad es que ha sido muy bonita. A mí, por lo menos, me ha encantado, que ha tenido de todo un poco, y bueno la mayoría. Que así da gusto. Y es que me encanta cuando llegan Los Patios y ver las colas que se forman, porque yo me crié en uno y se me vienen muchos recuerdos a la cabeza.

Esta semana pasada me lo pasé muy bien con mis dos Córdobas, quiero decir con el de fútbol y con el de fútbol sala, porque los dos hicieron sus deberes y muy bien hechos. El Futsal ya ha asegurado la permanencia otro año más. Mucha gente se cree que ha sido una cosa fácil, y es justamente lo contrario. Y es que estamos hablando de la mejor liga del mundo y para estar ahí hay que ser muy bueno, como lo es nuestro equipo.

Y encima hay que tener a alguien que mande y mande bien, como lo está haciendo José García Román, que no se puede ser más cordobesista y tener la cabeza tan bien amueblada. Yo me lo topo muchas veces por el barrio y siempre lo paro, porque da gusto hablar con él, que siempre lleva una sonrisa en la boca.

Y otra alegría nos la dio el Córdoba, que jugó de maravilla contra el Cádiz, al que le metió cuatro goles y podrían haber sido unos cuantos más. Tenemos ahora una regularidad que nos habría hecho ser campeones, como lo cuento, porque no solo es que juguemos bien a la pelota, es que encima estamos sacamos los puntos, y ya no sé el tiempo que llevamos sin perder, una cosa.

Las Cruces las vimos casi todas, que menudo el paseo que nos metimos entre pecho y espalda. Y Soraya se sabe las historias de todas, que yo no he conocido una persona en mi vida que sepa más de Córdoba y sus cosas, de verdad. Ahora estamos de ruta por Los Patios, y eso que nos los conocemos de sobra, sobre todo yo, que de nene viví en un patio de verdad, antes de que fueran como museos. Les puedo contar lo que ustedes quieran, lo que quieran, que me lo sé todo. Vivir así tenía sus cosas peores, porque a veces tenías muchas ganas y tenías que esperar a que dejaran libre el servicio, pero también tenía cosas muy mejores, y muy bonitas, porque al final es como si fuéramos una gran familia, y nos lo pasábamos en grande.

En fin, que ya se podrán imaginar lo que me pasa por el cuerpo cada vez que entro en un patio, que hasta puedo ver a mi madre o a mi padre dando vueltas por allí, regando los geranios o sacando agua del pozo. Por eso puede ser que me gusten tanto, porque no creo que haya nada más cordobés. Por los cuatro costados.