
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
De apagón en apagón
Quizás
Las próximas semanas, tengan cuidado con enamorarse. El amor aparenta sentimientos positivos de afecto hacia los otros, pero esta pasión tan atractiva como traicionera, causa daños irreparables en quienes se dejan llevar por sus encantos. Y el verano es temporada proclive para que la magia y las ilusiones falsas que este veneno promete, surtan efecto.
La raíz indoeuropea de “am” sugiere “afecto, cariño o apego”. Se refiere a un sentimiento nacido de la propia insuficiencia de quien lo siente y busca la unión con otro ser que le atrae y completa. Todas las religiones, los pensadores que buscan el significado de la vida y los poetas que con sus palabras la embellecen, coinciden al definir al amor como el eje de la felicidad y el elemento imprescindible para conseguirla. De ahí que, desde la infancia, nos cuentan historias de amores perfectos y eternos. Pero luego, con el paso del tiempo, la inocencia de los sueños compartidos, la pasión de los primeros besos y la alegría por sentirnos acompañados es sustituida en el mejor de los casos por rutinas y desinterés, y en otros muchos, por el cansancio y la separación. Cuando las expectativas no se cumplen, surge la decepción. Esto es difícil de evitar, puesto que las mariposas que se instalan en el estómago de los enamorados idealizan a las personas que aman, y en vez de aceptarles tal como son, lo hacen como las imaginan. Como nadie es perfecto, la realidad siempre termina por decepcionar a los amantes.
Además, el amor genera la falsa creencia de que nuestras vidas están incompletas sin una pareja, lo que nos convierte en vulnerables al depender de otra persona, cuando la única compañía con quien siempre podemos contar es la de nosotros mismos. Dicen también que el amor verdadero requiere renuncias. Mala receta la que busca la felicidad exigiendo que prescindamos de lo que nos satisface.
Por ello, no expongan sus corazones al sol del verano. Quienes aman, viven protagonizando una película de aventuras apasionadas, emocionantes, y siempre divertidas, pero en permanente inestabilidad. La existencia de las personas vacías de pasiones amorosas es como las de las piedras, insoportablemente aburrida, pero segura. Es preferible estar hueco, que lleno de dolor, y el amor cuando traiciona provoca un sufrimiento insoportable, ¿o acaso no saben que Nico Williams se nos va al Barcelona?
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