
David Fernández
León XIV frente a los caminos del pecado
Por montera
Habemus papam. El primero nacido en EEUU, como si el meme de tan mal gusto lanzado por Trump resultase anticipatorio. También es el primero nacionalizado peruano. El segundo Papa americano. El primero de la orden de los agustinos. El decimocuarto en adoptar el nombre de León. El jueves, cuando caía la noche sobre San Pedro, amanecía un nuevo Sumo Pontífice. León XIV se daba a conocer al mundo insistiendo en la palabra paz, tan necesaria. Paz, diálogo, entendimiento. Ha venido un negociador de altos vuelos. Un Papa que se ha hecho andando, como misionero de décadas, un Papa breado en los caminos, conocedor de la realidad, del suelo duro de la calle y del barro, pero también de lo que ocultan las alfombras de los suntuosos salones vaticanos. Él fue, precisamente, quien susurró al oído de Francisco, desde su puesto de prefecto en el Dicasterio para los Obispos, a la hora de designar a los alfiles de la Iglesia. Por lo tanto, parece muy acertado el comentario de Eric Frattini respecto a que del cónclave sale un Papa multiusos, capaz de todo, de batirse en diversos frentes. Se hablaba de un Papa mayor, del que no cupiese esperar un pontificado largo. Se señalaba hacia un Papa oriental, o negro, o uno salido del corto ramillete de nombres italianos. Sin embargo, nada de eso ha ocurrido. El balcón de la Logia de las Bendiciones se abrió para dar paso a una nueva era, pariendo a un Santo Padre inesperado, y como tal, sin ataduras. El Papa número doscientos sesenta y siete, heredero de los siglos. Y eso nos conduce a reflexionar acerca de la paciencia que debemos mantener, del sosiego en el juicio y en el pensamiento. Ayer ya había prisa por conocer hacia dónde irá el mandato de León XIV, y si sus decisiones darán continuidad a lo hecho por Francisco o no. Pero el nuevo Papa dispone de muchos años por delante, si Dios quiere, para ir modelando, dictando doctrina, dando ejemplo, tomando decisiones. No lo tiene fácil, con China como territorio con el que se llegó a acuerdos secretos, con Rusia del otro lado y con Estados Unidos conformando los tres polos de la gobernanza actual. El primer frente que se le abre a León XIV es el de la guerra entre India y Pakistán, donde él puede ejercer como mediador de lujo. El gringo que hablaba quechua. Licenciado en Matemáticas. El cónclave más corto en un siglo y medio. El Papa de los márgenes. Y su frase en privado: “La Iglesia no necesita más dogmas, sino una revolución silenciosa”. El león eclesiástico ha venido a rugir, a imponer majestad, a reinar. Que sea para bien.
También te puede interesar
David Fernández
León XIV frente a los caminos del pecado
La Gloria de San Agustín
Rafalete ·
Una semana guapa
Tribuna
Juan Luis Selma
Habemus Papam: León XIV
El balcón
Ignacio Martínez
Opas malas y buenas