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Una delegación del Parlamento Europeo, compuesta por cinco eurodiputados, ha visitado esta semana la provincia de Cádiz, en concreto las localidades de Algeciras y Barbate, para analizar la situación creada en la zona por el incremento de actividad de las mafias del narcotráfico y evaluar las condiciones y medios con los que las Fuerzas de Seguridad del Estado se encargan de combatirlas. La mera presencia de los eurodiputados da idea de la gravedad de un problema que se agudiza a medida que pasan los meses sin que por parte del Ministerio del Interior parezca que se toma conciencia de ello. Los miembros del Parlamento Europeo sacarán sus propias conclusiones tras entrevistarse con los afectados por el fenómeno y seguro que ellas no dejan en buen lugar la forma como las autoridades españolas están enfocando una situación que ha provocado ya varias víctimas mortales. Pero seguro que también vuelven a Estrasburgo convencidos de que en España hasta temas tan delicados como el del combate contra el narcotráfico se politiza y se usa como munición entre los partidos políticos. La Junta de Andalucía y el Gobierno central han abierto estos días un nuevo frente, el enésimo, por esta cuestión. El presidente andaluz ha denunciado la falta de operatividad y la escasez de medios con las que el Estado se está empleando contra las mafias y el representante del Gobierno central le ha respondido acusándolo de acercarse a los postulados de la extrema derecha. Que también este tema se aborde desde la visión estrecha de la pugna entre los partidos da idea del bajo nivel del debate político. Poco se va a avanzar en la lucha contra el narcotráfico si no se unen esfuerzos y se enfoca como una política de Estado. Para tirarse argumentarios a la cabeza ya están otras muchas cuestiones en las que no se juega la seguridad y la salud de los ciudadanos. El hecho de que Europa se preocupe debería hacer reflexionar a Andalucía.
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