Francisco Reyero

Trump y la venganza de la educación

La tribuna

12570145 2025-05-22
Trump y la venganza de la educación

22 de mayo 2025 - 03:06

Donald Trump tiene entre sus principales objetivos cerrar el departamento estadounidense de Educación. La secretaria de Estado del área, Linda McMahon, sueña con ser la última responsable en el puesto. Liquidar la estructura de la enseñanza de un país continental es un disparate. Pero aun así, si se pretende hacer respetando los procedimientos que exige la ley, la actual Administración republicana tendría que ser autorizada por el Capitolio para prescindir de la organización federal educativa. Y este imperioso deseo de Trump todavía no ha llegado al debate de las Cámaras. Por ahora.

El presidente ha levantado dos proyectos esenciales: uno de venganza y otro de adhesiones inquebrantables. La obediencia debida es la principal divisa de ascenso o permanencia en los cargos federales. Y así, el senado de Minesota ha elevado una propuesta para diagnosticar psiquiátricamente a los que rechazan las (atrabiliarias) decisiones del líder de MAGA. Es, presuntamente, el Trump Derangement Syndrome que “se da en personas que desarrollan su vida con normalidad pero que sienten una aversión paranoica a las decisiones presidenciales”. Esta realidad también es Estados Unidos en mayo de 2025. Habría que ser muy cuidadoso para saber quién sufre según qué tipo de patologías ya que destacados republicanos sueñan con que Trump figure en los billetes de curso legal –la ley lo impide para personas vivas– y la congresista de Florida, Anna Paulina Luna, propone aprobar una legislación que incluya una gigantesca efigie de Trump en el Monte Rushmore National Memorial, junto a George Washington, Thomas Jefferson, Abraham Licoln y Theodore Roosevelt. “Empecemos a tallar la estatua ya”, ha vociferado la congresista.

Con este playbook presidencial, Trump ha presentado un proyecto de presupuesto federal que incluye recortes en la educación de un 15%, de un 26% en el sistema de Salud y Servicios Humanos (Health and Human Services) y que aumenta en un 65% los fondos destinados a Seguridad Interior.

Las ayudas a centenares de programas de investigación han sido limitadas o canceladas y una filtración por algoritmos cercena que reciban asistencia federal propuestas que aludan a género, feminidad y contenidos que la Administración republicana considera propaganda. Muchos investigadores notables y otros que se abren paso en el mundo científico, están comprobando el regreso a una época de oscuridad. Un número por determinar de alumnos hispanos en edad escolar han dejado de asistir a clases ante el temor de ser deportados. Los centros educativos prohíben a los agentes entrar en sus instalaciones, ante el temor de que se lleven a los muchachos. La batalla legal está en marcha, pendiente de una sentencia definitiva. Entre tanto, una profesora española del área de Washington, nos cuenta que ha instalado un botiquín de primeros auxilios en su aula porque, ante posibles heridas o malestar pasajero, muchos de sus estudiantes “se niegan, atemorizados, a ir al hospital porque podrían deportar a toda su familia”. Trump quiere eliminar el derecho de nacionalidad por nacimiento, pero la Justicia –igualmente, por ahora– lo impide.

El Gobierno Federal sostiene que va a reducir la burocracia sobrante, pero entre otras partidas, disminuye en 910 millones un programa para estudiantes universitarios con necesidades financieras excepcionales o en 890 millones la ayuda a estudiantes inmigrantes para que dominen el inglés. He aquí un ejemplo palmario de las falsedades de Trump: elimina toda comunicación en español, exige el inglés como única lengua laboral y administrativa y, simultáneamente, recorta los fondos para que los alumnos hispanos hablen fluidamente inglés.

Profesores españoles con larga experiencia en distintas ciudades comparten su preocupación. Cada uno de los estados, y dentro de cada estado, cada uno de los condados, van a “educar” con los criterios que dicte esta dirigencia republicana extrema. Algunos colegios tienen prohibido enseñar las teorías de Darwin al considerarlas sacrílegas. En estas semanas, Nebraska debate la posibilidad de mostrar públicamente en todas las escuelas In God We Trust y los 10 mandamientos.

El pasado mes de enero, durante la investidura, parte del merchandising trumpista, ya camisetas o ya chapas, deliraba con la trascendencia de Trump: “Jesus is my savior, Trump my president”.

Estados Unidos ha sido referente educativo para la formación de estudiantes españoles y europeos. El último curso estudiaron en USA 1,1 millones de estudiantes extranjeros. Estas cifras también van a la baja.

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